Expertos en el tema como el doctor Daniel J. Taylor, de la Universidad de San Antonio, en Texas, nos recuerdan en un interesante trabajo publicado en el International Review of Psychiatry, que la mayoría de las personas recurren a los fármacos antes de a la terapia psicológica o prácticas de meditación para tratar el insomnio.
Si no gestionamos el desencadenante, en este caso el estrés, hay un riesgo elevado de que acabemos desarrollando algún trastorno psicológico. Por tanto, entre las terapias más efectivas para tratar el insomnio por estrés está sin duda la cognitivo conductual.
Por otro lado, también nos serán de utilidad estrategias sencillas que incorporar a nuestras rutinas, así como en nuestro espacio de descanso nocturno:
- Procura que la cama sea cómoda, con un colchón adecuado.
- Los estímulos externos (ruido y luz) deben ser mínimos.
- Airea y humidifica el dormitorio.
- La temperatura ideal para dormir debe estar entre los 16 y 18 ºC.
- Sigue unas mismas rutinas, acuéstate a una misma hora.
- Desconecta el móvil, televisión y ordenador una hora antes de acostarte. Mejor si nos vamos a la cama con un libro.
- Evita las comida pesadas en la cena.
- Prácticas como el mindfulness, son ideales para combatir el insomnio por estrés. No dudes en iniciarte en este ámbito donde combinar la respiración con la meditación.
- Consume productos naturales antes de dormir como CBD, Melatonina o Vitamina B12 y Magnecio, todos ellos son excelentes precursores del sueño.
No dudes en solicitar ayuda experta si tu insomnio por estrés se extiende ya más de dos semanas.
Una mente sobreactivada, preocupada y habitada por pensamientos de carga negativa no solo nos roba horas de sueño.
Nos quita calidad de vida.